Ganó la pasada edición de la Vuelta a Burgos y lleva camino de reeditar su éxito y volver a repetir victoria en la ronda burgalesa. El colombiano Iván Ramiro Sosa (Ineos) se impuso este jueves en la meta del Alto del Picón Blanco, en Espinosa de los Monteros, la misma cima en la que en 2018 había sido segundo, para convertirse en el nuevo líder de la prueba, sucediendo al italiano Giacomo Nizollo, portador del jersey en las dos primeras jornadas.
Sosa fue el más fuerte en la ascensión final de 10 kilómetros que puso el punto y culminación a una etapa que había arrancado de Sargentes de la Lora, en pleno Geoparque de las Loras, y que por delante ofrecía a los corredores un menú de 150 kilómetros con 4 puertos de 3.ª Categoría y uno de Categoría Especial, el Picón Blanco que esperaba a los ciclistas al término de la jornada.
Un día que empezó tranquilo con el descenso en grupo desde Sargentes de la Lora a San Felices del Rudrón (km 8), pero que posteriormente albergó el salto continuo de ciclistas deseosos de enganchar una escapada y abrir brecha. Entre ellos lo intentó un Burgos BH, Jaume Sureda, neutralizado junto a otros compañeros de fuga, hasta que el que sí logró abrir hueco fue el francés Simon Pellaud (Iam Excelsior).
Lo hizo rumbo a Quintanilla Escalada y con el Alto de la Mota en el horizonte (km 20), por el que pasaría con solo 10 segundos de ventaja sobre el pelotón, que en el descenso acabaría engulléndole. Fue entonces, rumbo a Pesquera de Ebro, localidad por la que la carrera pasaría en dos ocasiones, cuando se produjo un nuevo salto en cabeza, éste protagonizado por hasta seis corredores y con Pellaud de nuevo entre ellos.
Los aventureros: Mathias Brandle (Israel Cycling Academy), Lucas de Rossi (Delko), Arnaud Corteille (Vital Concept), Juan Camacho (Kometa), el mencionado Simon Pellaud (Excelsior) y un hombre del Burgos BH, Ángel Madrazo.
Juntos los seis pasaría por el segundo puerto puntuable del día, el Alto del Escalerón (km 39), y para entonces el hueco que habían abierto con el pelotón ya era de los considerables (3’22’’), por lo que claramente este sexteto se convertía en el que iba a ser el claro protagonista de la etapa.
Pelotón comandado por el Ineos
Mientras, en el gran paquete de momento había tranquilidad y la confianza de que con lo que aún restaba por delante, más de 100 kilómetros, podrían echar abajo la escapada sin demasiados problemas.
En el descenso del Escalerón se producía la caída y correspondiente abandono del jefe de filas del Gazprom Rusvelo, el ruso Artem Nych, pero ajenos a ello los seis corredores cabeza de carrera seguían a lo suyo y así fueron acercándose hasta Medina de Pomar y Villarcayo, aunque para entonces su ventaja ya había sido reducida a los 2’50’’, su renta al paso por la capital del Nela.
Les restaban aún a unos y otros 47 kilómetros de dura etapa y los dos últimos altos de montaña del día. El primero de ellos, el Alto de Retuerta, lo cruzaron también por delante Madrazo, Camacho y compañía, pero ya solo con 58’’ respecto al gran grupo, en el que al Ineos hacía ya tiempo que se le había unido el Movistar.
Madrazo y Pellaud, aguantan
Faltaban todavía 26 kilómetros para la meta en el Picón Blanco y cuatro de los fugados, De Rossi, Camacho, Corteille y Brandle, cejaron en su empeño y dejaron que el pelotón les alcanzara, pero los otros dos, Ángel Madrazo (Burgos BH) y el francés Simon Pellaud (Iam Excelsior), optaron por seguir con la intentona.
Y a fe que la alargaron, pero solo hasta el ascenso final rumbo a la meta, ya que a 7 kilómetros para el desenlance de la jornada fueron neutralizados por el pelotón. Empezaba entonces una nueva batalla y un nuevo pulso.
Ineos y Movistar, mano a mano
Fueron, sin duda, los dos equipos que llevaron el peso del ascenso final con el permiso de otros invitados, que a ritmo de uno por equipo, también quisieron decir la última palabra. David de la Cruz, Sebastián Henao e Iván Ramiro Sosa por parte del Ineos, y Eduardo Sepúlveda, Antonio Pedrero y Richard Carapaz por el Movistar, fueron los encargados de batirse en el pulso final.
Un duelo en el que claramente demostró ser el más fuerte el colombiano Iván Ramiro Sosa (Ineos), vigente campeón de la Vuelta a Burgos, que a 1.8 km para la meta lanzó un ataque que ninguno de los hombres del Movistar pudo replicar. Entre ellos, además, Pedrero tuvo más fuerzas que su líder, Carapaz, y fue el que se marchó a la captura de Sosa, pero sin suerte.
Sosa cruzaba vencedor en el Picón Blanco, con 17 segundos de ventaja sobre Óscar Rodríquez (Eusakadi Murias), que había ido de menos a más en la ascensión final, y tras él entraron Antonio Pedrero y David de la Cruz, a 30’’; y ya más retrasado, sexto, Richard Carapaz a 37’’.
Iván Ramiro Sosa se enfundaba así el maillot morado de líder de la ronda burgalesa para afrontar en esa condición las dos últimas etapas de la XLI edición.