El corredor burgalés Carlos Barbero, del equipo Movistar, se quedó compuesto y sin novia tras lograr el triunfo en Castrojeriz en la primera etapa de la Vuelta a Castilla y León, que partió desde Belorado.
Horas después de que fuera incluso coronado en el podio de campeones, el jurado técnico de la prueba le descalificaba por una acción irregular en los últimos metros de la etapa y adjudicaba la victoria y el liderato de la Vuelta de Castilla y León al italiano Davide Cimolai (Israel Cycling Academy), que cruzó segundo bajo la pancarta de Castrojeriz.
Todo ello después de una larga jornada de 181 kilómetros en la que el Burgos BH fue uno de sus principales protagonistas, al menos hasta la primera mitad de la etapa.
En el km 16 se fraguó una escapada de 5 corredores en la que la escuadra burgalesa logró meter a Jaume Sureda, y la fuga se prolongó durante 85 km hasta llegar a su fin en el descenso del Altotero, aún a 80 km de meta.
Para entonces, Sureda ya había transitado en primer lugar por la meta volante de Atapuerca y el Alto de Valmala (2.ª categoría), además de haber sido tercero en el Altotero (1.ª categoría). De hecho, todavía le quedarían fuerzas para más adelante, estando en el pelotón de cabeza, cruzar en segundo lugar por el Alto de Coculina (3.ª categoría).
Producida la neutralización, fue el Movistar el que pasó a llevar el peso de la carrera y a falta de 20 km metió a cuatro de sus hombres en una escapada de diez unidades, entre ellos Daniele Benati, Nelson Oliveira, Eduard Prades y el burgalés Carlos Barbero.
Una escapada que llegó a la meta de Castrojeriz, en la que Barbero, gracias al gran trabajo de sus compañeros de fuga, pudo hacerse con el triunfo por delante del italiano Cimolai pero cerrando mínimamente a Enrique Sanz (Euskadi Basque Murias).
Una acción que al final fue considerada como irregular por el jurado y que provocó que Carlos Barbero fuera relegado al quinto puesto de la etapa entre los diez ciclistas que se jugaron el sprint.
