El Burgos CF seguirá la próxima temporada en la Segunda División B. Su victoria, más que sufrida, de esta tarde ante el Celta B por 2-1 le asegurancia la permanencia de forma matemática en la categoría del bronce español, y el equipo blanquinegro afrontará así la última jornada del próximo domingo, visitando al líder Fuenlabrada, con la tranquilidad de tener ya hechos los deberes más complicados.
Fernando Estévez dispuso de inicio un once bastante previsible y sin sorpresas en su composición: Saizar en la portería; Andrés, Undabarrena, Borda, Kevin en defensa; Jagoba y Adrián Cruz de medios centros; una línea de tres hombres por delante con Fer Ruiz, Chevi y Borja Sánchez; y en punta, Diego Cervero.
Un equipo bien armado que desde el comienzo llevó las riendas del encuentro al tener la posesión del balón, y quer además tuvo la suerte de adelantarse pronto en el marcado (minuto 14). Un centro de Andrés desde la derecha lo repelía la zaga viguesa a la frontal del área, y el balón le caía francoi a Undabarrena para de un remate colocado hacer el 1-0.
Enseguida, el 2-0
Un tanto que dio una mayor tranquilidad al Burgos si cabe y esa seguridad de que estaba haciendo bien las cosas. De hecho el Celta B ni tan siquiera se acercaba con peligro al área de Saizar y además vio cómo solo 14 minutos después un centro de Kevin García desde la izquierda encontraba en el segundo palo el certero testarazo de Chevi para hace el 2-0.
La afición se frotaba los ojos (2-0 ganando su equipo en el minuto 28 no lo recordaban desde hace mucho tiempo) y todo iba sobre ruedas para los intereses burgalesistas. Sin embargo, ya con la primera mitad finiquitando, un ‘penaltito’ muy riguroso de Adrián Cruz sobre un rival era señalado como penalti.
Lo lanzaba Iban, dorsal 10 del Celta B que se encargó él solo de descentrar al Burgos y provocar varias tarjetas de los jugadores locales (hasta 6 amarillas y 1 roja acabarían viendo los discípulos de Estévez), pero se topó con un inspirado Mikel Saizar que se estiró hacía la derecha pero con su pierna izquierda desvió a córner un penalti que fue claramente por el centro.
De esta forma se llegaba al descanso con el 2-0 y con la permanencia cada vez más cercana. Sin embargo, aún quedaría mucho por sufrir y padecer.
Un cambio que acorraló al Burgos
Tras el descanso, el lateral derecho del Celta B, Riki, se quedó en el vestuario y en su lugar entró Sergio, que se colocó en esa misma banda como extremo tras pasar el filial vigués a jugar con tres centrales y dos laterales muy ofensivos que casi siempre estaban en el medio campo.
El cambio de jugador y de sistema relanzó al equipo gallego e hizo al Burgos dar dos pasos hacia atrás, situación que llevó al conjunto local a pasar por momentos de apuro hasta encajar el 2-1 en el minuto 75 tras el enésimo córner sobre el área de Saizar, gol del delantero visitante Apeh.
A partir de ahí los minutos finales (más 5 de prolongación) se conviertieron en un auténtico suplicio, Cervero fue expulsado tras ver dos amarillas, la segunda estando ya en el banquillo y por no devolver el balón al campo, y solo el pitido final del colegiado asturiano Valdés Díaz, que se erigió en protagonista desquiciando a los burgaleses con su particular criterio de administrar justicia, llevó el grito de alivio a la grada.
El Burgos se hacía con la victoria por 2-1 y conseguía así la salvación en la categoría a falta de una jornada para el final de la liga regular.
