Dicen que ‘de casta le viene al galgo’, y en el caso del joven piloto burgalés Jorge Rodríguez Cañibano (16 años cumplidos el pasado 17 de junio), el refrán le viene al dedo porque su pasión por el mundo del motor le viene heredada de su padre y, sobre todo, de su abuelo, Marcial Rodríguez. Fue uno de los fundadores en los años 60 de la escudería Los Cangrejos, la primera que se creó en Burgos, y recientemente se proclamó vencedor del Campeonato de España de Coches Clásicos a la edad de 76 años.
Él es el principal valedor de su nieto, a la par que su más ferviente seguidor, y sin duda el gran responsable de que ahora mismo Jorge Rodríguez sea uno de los pilotos españoles de asfalto con mayor proyección y esté inmerso en la participación en dos competiciones distintas, la Copa Kobe de Toyota y la Copa Cooper.
«Mi abuelo siempre ha estado ahí, animándome y confiando en mis cualidades, y a mi padre siempre le han gustado todos los deportes del mundo del motor, así que no era difícil que se me pegara la afición. De hecho desde que tenía tres años ya empecé a prestar atención a los coches y las motos, que por entonces ya me apasionaban», señala el joven piloto burgalés.
Así, cumplidos los 5 años comenzó a rodar a los mandos de un kart y se subió también por vez primera a una moto con la que circulaba por el campo, siempre acompañado, eso sí. Unos inicios muy comunes a casi todos los que años después llegan a ser pilotos contrastados y que responde al motivo principal de evitar cualquier tipo multa o sanción.
Quitado el miedo en los años sucesivos, que le sirvieron igualmente para ganar en confianza y seguridad a los mandos de un volante, a los 12 años Jorge Rodríguez consiguió una primera prueba en un circuito cerrado, en concreto en el circuito madrileño del Jarama, y nada menos que para pilotar un Audi Q3.
Con cojines por doquier sobre su asiento, tanto sobre él como en la espalda, para llegar bien al volante y los pedales respectivamente, se lanzó a probar una experiencia que recuerda muy bien. «Pase al principio un poco de temor a poderme salir, pero estuve al final más de una hora dando vueltas y aprendí muchísimo. La sensación fue muy buena, como mi bautizo definitivo para convencerme de que pilotar coches era lo que más me gustaba», recuerda.
Probado el Audi Q3, su siguiente prueba a un volante, también ese mismo año y en el Jarama, fue a los mandos de un BMW Z4. «Ya tenía algo más de experiencia y fui mucho más rápido gracias a las nuevas técnicas de pilotaje que había ido aprendiendo», apunta seguro Jorge Rodríguez, que tanto en un caso como en el otro estuvo siempre acompañado como copiloto por el veterano piloto de rallies José Antonio Zorrilla, campeón de España en los años 80.
«José Antonio corría ya en la misma época que mi abuelo y el que me enseñó prácticamente todo en mis inicios. Él fue el que vio que tenía cualidades y potencial para hacer grandes cosas subido a un coche», confiesa este joven burgalés que asegura que, de momento, está pudiendo compaginar sus estudios en el Colegio Niño Jesús con su pasión por el motor. «Los he llevado siempre bastante bien y además los profesores siempre me han cambiado algún examen o alguna práctica si me coincidían con entrenamientos o carreras», reconoce Jorge Rodríguez.
Copa Kobe de Toyota y Copa Cooper
Se planta así en el pasado año 2019, en el que con solo 14 años a sus espaldas se inscribe en la Copa Kobe de Toyota, compuesta por cinco carreras y en la que debuta en el mes de marzo en el Jarama.
«En esa primera carrera logré el cuarto puesto en la parrilla de salida y al final del campeonato ocupé el 5.º puesto de la clasificación general. Quedaron delante mío, entre otros, pilotos como Miguel Villacieros o Antonio Albacete, el nieto de la saga Albacete de pilotos que logró el triunfo en la general y con el que estuve peleando por la victoria en la última carrera«, rememora satisfecho Jorge Rodríguez.
Con ese gran estreno por bandera, este año volvió a apostar por la Copa Kobe, cuya prueba inaugural tuvo lugar el pasado mes de marzo, también en el Jarama, y en la que logró la pole en la parrilla de salida y un tercer y segundo puesto en las dos mangas disputadas. Un gran resultado si se tiene en cuenta que en la primera fue embestido por otro coche que le impidió haber cosechado un mejor resultado.
Llegó luego el COVID19 y la competición fue interrumpida, estando previsto que se reanude el próximo sábado 25 de julio con la disputa de su segunda carrera. Una Copa Kobe de Toyota que se completará el 12 de septiembre y el 31 de octubre con sus dos últimas carreras puntuables y que será el gran reto de Jorge Rodríguez. «Mi objetivo es ambicioso y no es otro que ganar la Copa. En la primera prueba me fue muy bien y espero seguir haciéndolo así a partir del 25 de julio».
Además, la compaginará con su primera incursión en la Copa Cooper (creada por el concesionario BMW y Mini Lurauto) que disputará compartiendo la escudería Promotion Motorsport con el veterano piloto José Manuel de los Milagros y que realmente debía haberse iniciado el pasado mes de abril.
«La edición de este año al final han decidido cancelarla por falta de fechas, pero aun así se va a disputar en septiembre una carrera en el Circuito Motorland de Alcañiz que no será puntuable, y un meeting o toma de contacto que se celebrará en el Jarama el 31 de octubre y el 1 de noviembre. Me vendrán muy bien para hacer un set-up al coche y reglarlo para hacerlo lo más rápido posible«.
«Ser piloto oficial BMW», su gran sueño
Por si no fuera suficiente su buena carta de presentación, el pasado mes de febrero Jorge Rodríguez realizó un buen test en el Circuito Ascari de Ronda (Málaga) con la escudería alemana Sorg Rennsport. «Piloté un BMW M240 y un BMW M4GT4, y la verdad es que no se me dio mal. Quedaron muy contentos con mi pilotaje y seguirán contando conmigo para el futuro, eso me dijeron«.
De hecho, ahora mismo el joven piloto burgalés tiene claro cual es el gran objetivo que desea conseguir. «Me gustaría asentarme en el entorno del equipo oficial BMW de la modalidad de Turismos y poder participar en el Campeonato de España y el Campeonato de Europa. Sería un sueño hecho realidad«.
Un sueño por el que apuestan sus principales patrocinadores, las empresas Much More, Villarce SL y Lux 75 Energía SL, a las que confía que se sumen muchas más. «Voy a llevar el nombre de Burgos por toda España y mi objetivo es el de intentar ganar la Copa Kobe 2020, así que creo que sería un buen escaparate publicitario y una buena oportunidad para que se dieran a conocer. Que apuesten por una joven promesa como yo, que no les voy a decepcionar«.
Así es Jorge Rodríguez, que entre todas las sensaciones experimentadas con el volante entre sus manos se queda sin duda con la que siente cuando se enciende la última luz y tiene que tomar la salida. «Es el momento más importante de una carrera y también el de más nervios. Puede decidir tu futuro en la prueba y por eso no puedes fallar». Y él, de momento, no está fallando.
1 Comentario