- «El gran sueño de mi abuelo era ver jugar a su nieto en el Burgos CF y espero que algún día pueda cumplirlo», señala el exjugador del UC Santa Bárbara de la NCAA Soccer League de Estados Unidos.
Año tras año, un buen grupo de deportistas españoles acepta el reto de cruzar el charco y trasladarse a Estados Unidos para iniciar allí sus estudios universitarios, progresar en la práctica del Inglés y, al mismo tiempo, seguir practicando su deporte favorito. Poder compaginar los tres aspectos con normalidad y gozar para ello de una serie de falicidades que nunca han existido en España, es lo que les mueve a todos ellos.
Uno de los que dio el paso hace ya cinco años, en 2015, fue el futbolista Ignacio Tellechea Pacheco (interior y lateral izquierdo, 23 años en la actualidad), madrileño de nacimiento, pero de madre y abuelos burgaleses y muy arraigado desde niño a Burgos capital.
«Mi padre es madrileño y mi madre burgalesa, y aunque la familia tenemos la residencia en Madrid todos los años vamos varias veces a Burgos, en vacaciones de verano, en Navidad, en los cumpleaños de los abuelos, etc. Además, también viven allí dos primas con las que nos vemos bastante, así que me siento tan de Madrid como de Burgos«, señala Tellechea.
Como todo niño, comenzó a jugar al fútbol en el colegio y siendo alevín fichó por su primer y único club federado en España, el CD Canillas, en el que estaría ocho años. «Entré siendo alevín de segundo año y permanecí en él hasta el tercer y último año de juvenil, con 18 años. Fue entonces cuando me aventuré a probar suerte en Estados Unidos, y la verdad es que tuve la fortuna de acertar porque está siendo para mí una gran experiencia«.
Inicio con contratiempos

Desde entonces han pasado ya cinco años, pero Ignacio Tellechea no se olvida que su llegada a la ciudad de Greensboro (Carolina del Norte), su primer destino americano, estuvo llena de problemas y sinsabores.
«Mis padres gestionaron la concesión de la beca y todo lo necesario a través de una agencia de contratación de estudiantes, y allí que me planté en el verano de 2015. Sin embargo, al llegar lo primero que me dijeron es que la Universidad no tenía equipo de fútbol y además carecía de Centro de Alto Rendimiento. Vamos, fue una estafa en toda regla. Lógicamente no realicé la matrícula y con el dinero que tenía me busqué una habitación en la que estuve dos meses, aunque a mis padres les dije que todo estaba muy bien y era según lo previsto«, recuerda el futbolista madrileño-burgalés.

Afortunadamente, siempre que llueve ha escampado e Ignacio recordó que un excompañero suyo del CD Canillas también estaba en EEUU, concretamente en West Virginia. Tras localizarle, pudo encontrar acomodo en su universidad e incluso un hueco en su club de fútbol, los Golden Bears del West Virgina Teach, un equipo de la NAIA, una categoría que está un peldaño por debajo de la NCAA, la principal competición universitaria de cualquier deporte.
«Fue una locura, porque para que me admitieran en West Virginia, donde estudié ADE (Administración y Dirección de Empresas), tuve antes que volver a España y examinarme de nuevo de Matemáticas e Inglés para subir mi nota, algo que afortunadamente pude conseguir. De esta manera pude por fin matricularme, aunque ya estábamos en enero de 2016″, rememora Tellechea.

Un paso adelante
En los Golden Bears de West Virginia solo estaría ese primer año, pero le valió para anotar un total de 20 goles, además de dar 9 asistencias, y fue proclamado como el Mejor Debutante del Año del equipo.
Una gran campaña en la NAIA que le sirvió para fichar al curso siguiente (2016-17) por los ‘Gauchos’ de la UCSB (Universidad de California Santa Bárbara), equipo de la Golden Coast Conference de la NCAA universitaria.

«Fue un paso adelante para mí, porque era un equipo de mayor nivel y en una competición de mucha más categoría, y pasé de jugar ante un público no demasiado numeroso a hacerlo en el Harder Stadium de Santa Bárbara, en el que jugué partidos ante más de 13.000 espectadores. Impresionante«, relata Ignacio destacando tal circunstancia.
Además, cambió sus estudios de ADE por los de Relaciones Internacionales, de los que se licenció el pasado mes de enero, y acabó militando en el UC Santa Bárbara durante las últimas cuatro temporadas (2016-20). Un tiempo en el que alternó la demarcación de extremo zurdo con la de delantero centro, para acabar finalmente jugando esta última temporada como lateral izquierdo.

Además, durante los veranos jugó en el Ocean City Nor’easters, un equipo de la Union Soccer League 2, categoría inferior a la NCAA pero que sirve a muchos de los ojeadores universiarios para ver a futuras promesas y realizar algunos de sus fichajes para la siguiente temporada.
«Desde que llegué a EEUU me fui haciendo poco a poco un futbolista más fuerte físicamente. Entrenando dos horas con balón todos los días, además de tres sesiones intensas de gimnasio a la semana, acabé ganando en velocidad y en potencia, y ahora soy un jugador mucho más completo de lo que de mí se vio en mi último año como juvenil en el Canillas», reconoce Tellechea.

La lesión más inoportuna
En su última temporada en el equipo de la UCSB, la mejor en mucho tiempo del conjunto universtario de Santa Bárbara, se rompió el isquiotibial y la lesión le truncó la gran campaña que estaba haciendo. Afortunadamente el equipo llegó a los play off nacionales y todavía estuvo a tiempo de aportar en ellos su granito de arena.
«Me perdí los 8-9 últimos encuentros de la liga regular de la Golden Coast Conference, en la que quedamos subcampeones tras perder la final de manera injusta por 1-0, pero me dio tiempo a recuperarme para los play off. En ellos pude jugar en tres partidos y alcanzamos los cuartos de final, en los que caímos también por la mínima, pero por lo menos pude despedirme del equipo y de la universidad con un buen sabor de boca«, comenta aliviado el exfutbolista del Canillas.

Cambio a Atlanta y con trabajo
Ya licenciado, recientemente Ignacio Tellechea logró encontrar su primer puesto de trabajo, en concreto en una empresa de personal de la ciudad de Atlanta, a la que se trasladó el pasado mes de enero, y desde entonces se encuentra en la capital del estado de Georgia.
Eso sí, ahora mismo se encuentra sin equipo. «Estaba entrenando con un equipo aficionado, no federado, mientras buscaba otro club en el que poder seguir jugando al fútbol, pero la pandemia del coronavirus lo trastocó todo y llevo incluso un par de meses teletrabajando desde casa. A ver si todo va volviendo poco a poco a la normalidad».
De momento nuestro protagonista no tiene pensado regresar a España, ya que en EEUU tiene trabajo y ahora mismo todas las competiciones de fútbol no profesional de nuestro país están canceladas, pero reconoce que le gustaría regresar en un futuro no muy lejano.

Volver a España y ¿jugar en el Burgos CF?
«Me encantaría volver a España y seguir allí jugando al fútbol. Creo que tengo calidad para jugar en Segunda B o al menos en Tercera División, así que confío en poder hacerlo a corto o medio plazo», apunta.
Además, no esconde que poder jugar en el Burgos CF supondría para él una enorme ilusión. «Desde muy niño fui con mi abuelo a El Plantío a ver partidos, creo que de Segunda B o Tercera División, y sé que a él le hubiera hecho mucha ilusión que jugara en el Burgos. Falleció hace unas semanas víctima del coronavirus, aunque ya tenía 89 años y otros achaques, y por eso sería para mí muy emotivo poder cumplir el sueño de mi abuelo. Siempre, tanto en Madrid como en EEUU, he estado muy pendiente del Burgos, y espero que la familia Caselli le ayude a tirar para adelante para poder subir a Segunda División».
Es Ignacio Tellechea Pacheco, futbolista con sangre burgalesa por sus venas que a sus 23 años espera poder disfrutar de una larga carrera por delante y vestir alguna vez la indumentaria blanquinegra del Burgos CF, «el club de mi madre, de mi abuelo y al que he seguido desde niño», concluye.